martes, 30 de octubre de 2007

"Juntitos y afinados"

Estas dos palabras resumen mi ideario como profesor de orquesta y director. Cualquier grupo vocal e instrumental debe tener un mínimo al interpretar una obra musical, este es tocar con una buena entonación y una precisión rítmica, para que se entienda: "juntitos y afinados".
A partir de este mínimo se puede empezar a hacer música. Todos los demás elementos que conforman la interpretación - dinámicas, articulaciones, fraseo, estilo, etc. - elevan la emisión de sonidos a la categoría de arte. Como decía Schumann: "lo esencial de la música no está escrito".
Con lo que acabo de explicar se puede pensar que tocar juntos y afinados es de lo más fácil. Nada más lejos de la verdad. Herbert von karajan decía que bajo su dirección la Filarmónica de Berlín mejoró cuando tocaron con precisión rítmica. Medir bien es muy dificil. Que un coro y una orquesta piensen e interiorizen bien un ritmo es un gran logro de la inteligencia humana. No en balde, dice el filósofo José Antonio Marina, una orquesta sinfónica es una de las mayores demostraciones de la inteligencia humana. A esto añadiría yo "de inteligencia colectiva humana".
Para un profesor de orquesta de un conservatorio profesional como yo es un reto recibir a los alumnos de grado medio y llevarlos hasta el grado superior. Pasan del desconcierto inicial a ser capaces de tocar obras de mediana dificultad. Llegan con un concepto rítmico, digamos,"difuso" y hay que hacer que sea verdaderamente consciente y preciso. Se pierden al segundo compás, la afinación es una utopía. A partir de aquí, poco a poco, con paciencia y la ayuda de los profesores de cada instrumento que elevan su nivel de dominio de cada instrumento, se llega al milagro de hacer sonar una obra en grupo.
Quienes conocen el proceso formativo de un músico saben bien de lo que hablo. Sin embargo, para los neófitos o para el aficionado a escuchar música, bien en directo o en disco, cobra especial trascendencia conocer estos aspectos. Las orquestas formativas necesitan el apoyo y comprensión del mundo cultural y de los amantes de la música.
En los últimos años han proliferado las orquestas de jovenes en entidades musicales, en los conservatorios y escuelas de música, en las comunidades autónomas hasta el más alto nivel de la JONDE (Joven orquesta Nacional de España). La gente de mi generación se formo sin tocar en orquestas, simplemente porque no existían. Algunos han tocado por primera vez en una orquesta tras aprobar las oposiciones a la misma. Esto, afortunadamente, ya no es así.
Yo me he embarcado en apoyar la formación orquestal, además de en mi trabajo en el Conservatorio, con la Orquesta Académica de la Sociedad Brahms. Este proyecto está lejos del lucro económico,por ello los alumnos que participan en los encuentros de la orquesta lo hacen gratuitamente. Se concentran durante varios días trabajando por secciones con prestigiosos profesores de diferentes orquestas y ensayando un repertorio que se termina ofreciendo en un concierto público.